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Se crean dos volumenes: el que contiene únicamente las piscinas a modo de templo (junto a la muralla); y otro con todo los espacios servidores y el acceso principal junto al río Arno.
Para comunicar ambos espacios se baja la cota del edificio creando un corredor subterraneo bajo la calle existente. Asi se respeta esta antigua vía histórica importante para la ciudad. De esta forma el espacio de entrada es singular con una escalera que desciende hasta la cota del edificio.





