Es un solar irregular, en el casco histórico de Madrid, en una manzana atravesada por la antigua muralla.
En planta baja se producen dos entradas una a la tienda y taller y la otra a las escaleras de subida a la vivienda.
La vivienda se organiza en torno a un núcleo central, de escalera y baños.
A medida que subimos en sección la privacidad es mayor. En la planta primera se coloca el salón comedor y la cocina, con un aseo de cortesía; en la segunda, los dormitorios de la abuela y la hija, con sus baños y un estar común para ambas; y en la última, el dormitorio de los padres con con el baño completo y un estudio/biblioteca.
En el fondo de la parcela se crea un gran patio que ilumina las estancias orientadas a sur de la vivienda.
Al exterior la vivienda se muestra con un ritmo de huecos verticales, como los que hay en el entorno de la parcela, separados por paños opacos de ladrillo y los cantos de forjado. Sobre esto aparecen unos cerramientos opacos metálicos correderos, que varían en función del uso interior.

