Jugando con el desnivel de la parcela se busca que todas las 250 vivendas tengan vistas al río desde las habitaciones vivideras, que a día de hoy se han convertido en los dormitorios, por eso los dormitorios ocupan las crujías mas grande de los edificios y se abren totalmente sobre el río.
Se organizan dos edificios, un bloque de viviendas con dos vivendas por planta y núcleo, y el otro con unas viviendas en dúplex con acceso por corredor. Entre estos dos edificios se crea un espacio colectivo en dos alturas que sirve de distribuidor a todas las vivendas.
Este espacio es la primera gradación que se produce en los accesos. Se pasa por distintos estados desde el espacio público, se accede a este epacio colectivos separado de la calle comercial, y desde él se accede o a los portales del bloque, o a los nucleos que suben al corredor, o se baja al otro nivel del espacio colectivo que es mas privado y da acceso a las viviendas unifamiliares.
Para que todos tengan vistas, el bloque, que está tras los dúplex, se eleva aprovechando el desnivel, con el aparcamiento colectivo, la planta de portales y trasteros y la planta del comercio a la calle Antonio López. En los dúplex para que no se produzcan visuales entre los patios privados en planta baja y los de arriba, a los superiores se les dota de una gran terraza que sirve de espacio privado al aire libre y al río.
El resto de la parcela se cede como espacio público y para que el parque del río se amplíe en esa orilla ya que en la otra es comprimido por las naves del antiguo matadero.

